Poesía, Filosofía y Música para pastillas.

domingo, 19 de febrero de 2012

A veces me producía melancolía 
entrar a aquella habitación, 
esa que escondía llantos interminables, 
promesas silenciosas incumplidas, 
palabras que habían quedado
en el aire dando vueltas 
encontrando un sentido, 
golpes que dolían más en el corazón 
que en la misma piel, 
pensamientos, de esos que 
ni el más sabio del mundo 
podría haber comprendido.
 Era un cuarto oscuro con 
miles de penas apretadas...

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