
lleno de reproches pero sin una palabra
y mientras te alejabas poco a poco,
comprendí que te marchabas sin explicación,
que fue poco el tiempo que estuviste en este suelo
pero el suficiente para instalarte en mi corazón;
sentía que la vida me daba la espalda
y recuerdo haberte haberte dicho:
''No cambies tu ser, ni tu pensar,
hasta tu manera de mirar, porque un día volverás
y esta pesadilla acabará''...